lunes, 23 de mayo de 2011

Pastor le dice a esposa moribunda: Aférrese a Jesús, pues nos encontraremos de nuevo

Testimonio de las atrocidades islámicas en Nigeria
Un pastor nigeriano dice que sostuvo las manos de su esposa mientras se estaba muriendo y le dijo:
 “Aférrese a tu fe en Jesús que pronto nos encontraremos de nuevo y nunca más nos volveremos a separar”, después de un ataque de criminales musulmanes a su pequeño poblado.
Pastor James Musa Rike con su esposa Dune James Rike, hija Sum James Rike (atrás) y otros dos filhos. (Foto: Compass Direct)
El relato viene del escritor Obed Minchakpu, que envió el  material para el servicio de noticias de Compass Direct que se especializa en cubrir la persecución a los cristianos en el  todo el mundo.
El pastor James Musa Rike dice que su esposa estaba en el piso, después de haber sido baleada y acuchillada por agresores en Kurum, Nigéria.
Dune James Rike vio los ojos llenos de lágrimas de su esposo y le preguntó: "¿Es  el fin para nosotros? ¿Ya no estaremos juntos?”
Minchakpu relata que los extremistas musulmanes que atacaron a la villa de Kurum, en la zona gubernamental local de Bogoro, en el estado nigeriano de Bauchi, ya habían matado a dos de los hijos de la pareja en una ola de violencia hacia apenas dos días. James Rike, pastor de una congregación de la Iglesia de Cristo en Nigeria, oyó enseguida, los gritos de su hija de 13 años, Sum James Rike, a pocos metros de distancia.
"Fui corriendo hasta mi hija y la encontré con la barriga abierta, los intestinos afuera, por haber sido acuchillada”, cuenta el pastor.
 "Sostuve su mano y comencé a orar, sabiendo que iba a morir. Ella me dijo que los militantes musulmanes le dijeron que la matarían y “querían ver si Jesús vendría a salvarla”.
De acuerdo con Compass Direct, la niña le dijo a su padre que ella les había respondido  diciéndoles que Jesús ya la había salvado y que al matarla, ellos solo hacían posible su ida más rápida hacia Jesús. El pastor Rike oró por ella mientras la niña moría.
Disparando e incendiando casas, los extremistas musulmanes mataron otros 12 cristianos en el ataque. La policía de Bauchi informó que 16 personas murieron — un hombre, tres mujeres y doce niños.
Compass Direct informa que el pastor Rike dijo que los agresores intentaron entrar a la fuerza en su casa.
"Yo abrí una puerta en la parte de atrás y salí corriendo en la oscuridad de la noche mientras los militantes islámicos nos perseguían” dice él. "Ellos balearon a mi hija y a dos de nuestros hijos mientras intentaban escapar”.
Minchakpu cuenta que el pastor Rike declaró que después de haber matado a los dos niños, Faith James Rike e Fyali James Rike, de un año de edad, los agresores cortaron el abdomen de su esposa con un  cuchillo.
"Quedé pasmado con lo que vi", dijo él. "Yo sabía que mi esposa no tenía mucho tiempo y la única cosa que hice fue animarla a aferrarse con fe a Jesús”.  
Los extremistas musulmanes incendiaron más de 20 casas antes de abandonar da villa, dijo él.
E pastor Rike y su hijo sobrevivieron al ataque y contó que su hija adoptiva, Whulham James Rike, fue herida y estaba recibiendo tratamiento en el Hospital General de Bogoro. Otras cinco personas también estaban hospitalizadas.
Entre los muertos, dijeron fuentes religiosas a Compass Direct, están Murna Ayuba, Angelina Ezekiel, Dorcas Sunday, Asabar Toma, Rhoda Joseph, Dhunhgwa Zakka, Bukata Amos, Ishaku Amos, Kalla Amos, Amos Daniel, Samidah Joel y Changtan Joel.
Compass Direct informa que el área cuenta con un historial de violencia sectaria y el ataque se dio después de las muertes de centenas de personas en Bauchi y otros estados del norte en el mes pasado, después que musulmanes se rebelaron debido a la elección del 16 de abril, donde un cristiano, Goodluck Jonathan, fue electo presidente. Jonathan derrotó al candidato musulmán, Muhammadu Buhari. Destacando que más de 200 iglesias fueron quemadas, los líderes cristianos en la región norte de Nigeria piden una investigación federal a respecto de la violencia, en la  cual cristianos organizaron contra-ataques.
La iglesia donde el pastor Rike ministra cuenta, aproximadamente, con 30 miembros y existe hace más de 50 años. Los muertos eran miembros de las tres iglesias de la villa — la iglesia de Rike, la Iglesia Católica de San Juan y una congregación de la Iglesia de África Occidental.
"Cualquiera sea la situación, yo nunca voy abandonar a Cristo", dijo el pastor Rike. "Todos los seres humanos han sido creados por Dios y nuestros agresores necesitan saber que ellos deben abandonar cualquier cosa que los lleve a destruir la creación de Dios."
Traducción del inglés al portugués (hecha por recomendación y a pedido de Julio Severo): DEXTRA
Traducción del portugués al español por María Valarini
Divulgação: www.juliosevero.com

viernes, 20 de mayo de 2011

La Historia de un Zapato

Por María Valarini
Por mucho tiempo yo fui un zapato de raso, un magnífico y costoso zapato de tacón alto, salido de las manos del “señor de la moda”. Zapato que recorrió los más finos ambientes, pisando costosas alfombras mullidas; entraba en los lugares más selectos, recorrí el mundo en veloces y caros yates. Yo era un zapato de raso, alto, me rodeaba de los que eran similares amí.  Ridiculizaba y me reía de los que no eran tan elevados como yo. El tiempo pasó, muchas cosas sucedieron; y poco a poco, al principio imperceptiblemente, luego de manera más evidente el raso del zapato perdía su color, los tacones se rompían en pedazos y dejé de ser zapato de raso. ¡Socorro! ¿Quién soy yo?
Me hice entonces zapato popular, de esos que cuando se mojan con la lluvia se deshacen. En ese medio conocí a muchos de estos zapatos, no eran tan feos como yo pensaba, lloraban y sentían como yo. Teníamos los mismos sentimientos. Conocí a otros más y luego, ¡era una zapatilla! No una zapatilla de marca, sino de aquellas que cuestan tres dólares el par. Y finalmente fui chancleta, de las que se venden en el mercado público. 
En la medida que pasaba de ser un tipo de zapato a otro, mientras luchaba para saber quién era, fui conociendo el mundo real y verdadero. Logré conocerme a mí mismo, pude  saber quién era yo. Por mucho tiempo pensé que era un zapato de raso con tacones altos;  cuándo fui zapato popular todavía me sentía un poquito bien, pero la chancleta… ¡Esto sí fue difícil!, hasta que…
-      ¡Qué pies bonitos tienes…!
-       ¿Yo? ¡Pies bonitos?
-       ¡Sí!, son bonitos, elegantes, estilizados…
-       ¿Y qué de esa horrible cicatriz? ¡Cómo se burlan de mí!
-      Tu cicatriz es única, tiene un significado, te identifica. ¡Tus pies son tus pies! Nadie te podrá menospreciar,  excepto, si tú mismo te menosprecia. Lo que piensas de ti es lo que los demás verán.
-      ¡Sí!, ¡sí!. . . ¡Mis pies! ¡Son mis pies! ¡Y son bellos! ¡Son míos! ¡Mis pies!
Y sin más decir, tiré la chancleta.  Fue fiero el camino hasta saber quién era. Terrible el permitirse uno mismo ser despreciado y marginado. No obstante, aprendí algo que cambió totalmente mi vida: Aunque use zapatos de raso productos del "señor de la moda", zapatillas baratas o chancletas con huecos; aunque camine por alfombras costosas, pisos de madera pulida, por mosaicos exclusivos o pisos de tierra,  ahora  lo sé, yo sé quien soy:   
¡Yo no soy el zapato, soy el pie que calza el zapato!
Lo importante no es el zapato… 
¡lo que cuenta son los pies!


martes, 17 de mayo de 2011

De la cima a la sima

Por María Valarini
“En menos de 48 horas, Dominique Strauss-Kahn, director-gerente del Fondo Monetario Internacional, uno de los hombres más poderosos del mundo, pasó de ocupar una suite de lujo de US$3.000 la noche a una celda de 3x4 metros en una de las cárceles de máxima seguridad más notorias de Estados Unidos”.
Esta ha sido la noticia del día, los titulares de distintos medios de comunicación. ¡Cuán fácil es caer de las grandes alturas! Leemos la noticia, nos encojemos de hombros y muchas veces decimos: ¡Se lo buscó!
Algunos ya mencionan la palabra “conspiración”, dando a entender que lo sucedido a Strauss-Kahn haya sido algo preparado. Puede que sí, puede que no, no lo sabemos; lo que sí sabemos, es que de las alturas cayó a lo más bajo.
Pensando en ello me acordaba de un personaje que le ocurrió exactamente lo opuesto. En menos de 24 horas,  José el hijo de Jacob, pasó de la cárcel a ocupar el segundo lugar en el mando y jurisdicción del antiguo Egipto.
Meditando en estos dos casos acaecidos en distintos momentos de la historia humana, encuentro que Dios es experto en hacer cosas similares con los suyos. ¿A cuántos de nosotros Dios nos sacó de la sima más abyecta, elevándonos a la cima de la intimidad y compañerismo con Él? ¿A cuántos que nada tenían, más bien todo les faltaba, Dios les dio cobijo y refugio en Su casa?
Reconociendo que a todos sus hijos Dios los sacó de la despreciable hondonada del pecado y los trasladó a la gran cima, a su reino de luz, cuidémonos de que no nos pase lo de Dominique Strauss-Kahn, es decir, caer de lo más alto a lo más bajo por el pecado, por la satisfacción momentánea de terrenales goces pasajeros.
¡Dios nos ha honrado, nos ha distinguido con su presencia en nosotros! ¡Que no nos suceda que de la cima de la gloria de Dios, escojamos volver a la sima inmunda del pecado, dándole las espaldas a aquel que nos dio su honra, su prestigio, su favor!



viernes, 6 de mayo de 2011

¡¿Qué Dios como tú?!

El profeta Miqueas en el siglo VIII a.C. hace una declaración sorprendente: “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado…?” Un hombre que vivió en una época de muchos cambios y crisis; un hombre que vivía bajo la ley de Dios dado por Moisés entendió lo que todavía muchos creyentes del siglo XXI no entienden: Nuestro Dios es Dios perdonador, en y por Jesucristo.
“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” - Gálatas 4:4, 5.
Hace muchos años, en una reunión cristiana, en el día que decidí entregar mi vida a Cristo Jesús, a acogerme a la misericordia y al perdón de Dios experimenté algo prodigioso. Tan pronto admití a mi misma que lo necesitaba a Él, comencé a llorar. Lloraba tanto que alguien a mi lado me pregunta: “¿Y no le da vergüenza que la vean llorar?” Y, verdad sea dicha, no; no pensaba ni en mí ni en mi entorno, solamente tenía conciencia de que las lágrimas fluían a borbotones por mi rostro. ¡Lloraba sin saber el porqué!

En aquel momento no sabía, y tampoco entendía, lo que me ocurría. No obstante, puedo dar fe que al cesar el copioso llanto, experimenté algo incomparable: me sentía extremadamente liviana, como si de repente hubiera perdido muchas libras de peso. Fue impactante, y me marcó para siempre. ¡Inolvidable, excepcional momento para quien apenas se iniciaba en el caminar cristiano!

Y refrendando la veracidad y relevancia de las palabras dichas por el Señor Jesucristo a Pedro en su última noche en la tierra: “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después” (Juan 13:7), puedo decir que viví estas mismas palabras.

Décadas se han sucedido desde aquella memorable noche, pero ahora entiendo un poco de lo ocurrido. Lo que yo experimenté y que hasta afectó mi percepción física (lo referente a mi peso corporal), fue pura y simplemente la gracia más grande que el ser humano puede experimentar al acercarse de corazón sincero a Jesucristo: ¡Mis pecados fueron perdonados! ¡Dios echó mis pecados al profundo del mar! (Miqueas 7:19).

¡La carga del pecado es un peso muy grande sobre las espaldas del mundo, era un peso muy grande sobre mi vida! Y lo asombroso es que mientras tenía tan grande peso sobre mí ni siquiera me daba cuenta de ello. Solo cuando el peso del pecado y de la culpa fueron quitados pude yo darme cuenta de la recién libertad que ahora experimentaba.

Tal como Atlas (mitología griega) que cargaba el planeta Tierra en sus espaldas, así anda el mundo y lamentablemente, muchos hijos de Dios todavía siguen “cargando sus mundos”. Conocen la letra del “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar…” (Mateo 11:28), pero no la han aplicado a sus vidas. No menoscabemos todo lo que hemos recibido en Cristo Jesús: el perdón de pecados, la paz, el gozo… si nos mantenemos aferrados a la Fuente de Vida…

No pretendas ni esperes que tu entorno te entienda o apoye tu forma de pensar. El mundo no nos puede entender porque no ha vivido lo que vivimos nosotros… No nos desanimemos con las críticas, con los reproches… Lo que tenemos en Cristo no tiene precio en este mundo… La paz de Dios, producto del haber sido perdonados, nos hace libres; nos hace volar como las águilas…

¡En Cristo somos libres, somos perdonados, somos limpiados!
¿Verdaderamente, Señor, eres el Príncipe de Paz!
¡Cuán dichosos somos al tenerte a ti!
¡Gracias por tu amor, gracias por tu paz!

martes, 3 de mayo de 2011

La muerte de Bin Laden

El día 1 de mayo al enterarme de la noticia de última hora, me pareció bien que Bin Laden hubiera muerto; sin embargo no hice fiesta con eso.

Como cristianos, si bien aceptemos que en se tratando de ciertas personas es mejor que estén muertas, no debemos alegrarnos con la muerte de nadie.

Cuando supe de su muerte, el primer pensamiento que cruzó mi mente fue: Ahora ya se dio cuenta que no existen las vírgenes prometidas por el Islán. ¡Qué triste! ¿Cuántos mueren sin Cristo?

Y al llegarme lo que sigue, propiedad de Cristo Para Todas Las Naciones, me permito compartirlo con ustedes:

Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sufrido el martirio por causa de la palabra de Dios y por mantenerse fieles en su testimonio. Gritaban a gran voz: "¿Hasta cuándo, Soberano Señor, santo y veraz, seguirás sin juzgar a los habitantes de la tierra y sin vengar nuestra muerte?" Apocalipsis 6:9,10.

'Shadenfreude' es una palabra en alemán que significa algo así como "alegrase con la desgracia ajena". Aún cuando no hay un término exacto para traducir bien la palabra 'shadenfreude', sí puedo darle unos ejemplos para ayudarle a comprenderla:

Si al ver un episodio de "Los Tres Chiflados" se ríe cuando uno de ellos recibe un tortazo en la cara o se cae luego de pisar una cáscara de plátano, eso es 'shadenfreude'.
En la narración de la pasión del Salvador vemos a muchos personas alrededor de su cruz riéndose y burlándose de él. Eso también es 'shadenfreude'.

Hace diez años, cuando las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York fueron destruidas, se daban informes que en algunos países musulmanes la población estaba celebrando. Si bien nos molestó escuchar algo así, eso fue 'shadenfreude'.

Ahora sabemos que una cacería humana, que duró más de diez años, llegó a su fin en una sangrienta batalla en Pakistán. El resultado final fue de 1 punto para los Navy Seals, y 0 para Bin Laden.

Como ciudadano de los Estados Unidos, siento que se ha hecho justicia: algunos de mis compatriotas han sido vengados, y un terrorista ha sido detenido.

'Shadenfreude.' ¿Por qué? Porque así como no me gustó que ellos se alegraran cuando nosotros estábamos de duelo, imagino que a ellos tampoco les debe gustar lo que nosotros hemos hecho.

Pero, y aún más importante, porque Bin Laden también fue una persona por quien Jesús murió. Ya no hay más 'shadenfreude'.

¿Me alegra saber que Bin Laden esté muerto? Por supuesto. Pero me temo que, así como sucedió con Hidra (de la mitología griega), al cortarle la cabeza a la organización de odio de Bin Laden, le van a crecer dos.

Por todo eso, es mi oración hoy que el Salvador, quien murió para destruir el pecado y Satanás, también destruya la violencia que por seguro habrá de desencadenarse, y que el Príncipe de Paz nos conceda su paz, para que su Palabra pueda ser predicada y el perdido conozca al Salvador.

Unámonos a esta oración a favor del mundo; que cada uno de nosotros pueda ser instrumento en las manos de Dios para extender su reino y levantar en alto el nombre de Cristo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Un extraño en el hogar

Autor Anónimo

Cuando yo estaba creciendo nunca dudé de su lugar en mi familia. En mi mente de niño él tenía un lugar especial. Mis padres eran instructores que se complementaban: mamá me enseñaba a hacer la diferencia entre el bien y el mal, y papá me enseñaba a obedecer. Pero el extraño.... él era un contador de historias. Él nos mantenía fascinados por horas sin fin con aventuras, misterios y comedias.

En ocasiones mamá se levantaba silenciosamente, –mientras alguno de nosotros, los niños, pedía que todos hablásemos bajito para que pudiésemos poner atención a lo que él tenía por decir–, e iría a la cocina a fin de tener un lugar de paz y quietud. (Ahora puedo pensar que ella oraría para que el extraño se fuera de la casa).

Papá gobernaba nuestro hogar con ciertas convicciones morales, pero el extraño nunca se sentía en la obligación de honrarlas. Palabrotas, por ejemplo, no eran permitidas en nuestra casa — ni a nosotros, ni a nuestros amigos y a ningún visitante. Sin embargo, nuestro visitante de larga fecha se escabullía impune con sus feas palabras que me ardían en los oídos y hacían que mi papá torciera la boca y que mi mamá enrojeciera de vergüenza. Mi padre no nos daba permiso para beber bebidas alcohólicas, pero el extraño nos animaba a tomarlas como algo rutinario.

Él hacía que el cigarrillo se viera moderno, los cigarros masculinos y las pipas fascinantes. Él conversaba con libertad (¡excesiva libertad!) sobre sexo. Sus comentarios eran a veces vulgares, a veces sugerentes y generalmente vergonzosos.

Hoy sé que mis primeras nociones sobre las relaciones fueron grandemente influenciadas por el extraño. Frecuentemente él se oponía a los valores de mis padres, mas raramente era reprendido… Y nadie NUNCA le dijo que se fuera.

Más de cincuenta años han pasado desde que el extraño se fue a vivir con nuestra familia. Él se adaptó inmediatamente, aunque ya no es tan fascinante como lo era en aquel entonces. Con todo, si pudieras entrar hoy en la casa de mis padres, todavía lo vería sentado en la esquina esperando que alguien le ponga atención y que él pueda mostrar sus cuadros.

¿Su nombre?... Nosotros lo llamábamos simplemente de “TV”.

Él ahora tiene una compañera… La llamamos... “computadora”.

El hijo de ellos se llama… “celular”.

domingo, 1 de mayo de 2011

Conmemorando el Día del Trabajador

En Panamá, los trabajadores celebraron hoy, domingo 1 de mayo, el Día del Trabajador con una marcha masiva por las calles de la ciudad capital demandando mejores condiciones salariales…

Así rezan los periódicos panameños, mostrando la inconformidad de la clase trabajadora, similar a lo sucedido hoy –el Día del Trabajo– en todo el orbe. Me permito mostrarles las noticias que ocuparon las primeras planas en distintos países:

En Chile, se registraron disturbios durante la marcha…
En Karachi, Pakistán, los trabajadores salieron a las calles a manifestarse por sus derechos…
En Indonesia, los trabajadores marcharon rumbo al palacio presidencial, exigiendo mejor seguridad social…
En Nepal, los trabajadores también salieron a las calles pidiendo la abolición de impopulares leyes sociales…
En Hong Kong, los trabajadores protestaron por el incremento en los precios de rentas y de la comida…
En Corea del Sur, los trabajadores salieron a las calles para protestar contra la política económica del actual presidente…
En España, donde el índice de desempleo se encuentra en niveles históricos, miles de trabajadores salieron a las calles…
En Egipto, los trabajadores protestaron por la justicia social tras la revolución que depuso a Hosni Mubarak…
En Alemania, manifestantes de la izquierda atacan con piedras a la policía en Berlín…
En Portugal, los trabajadores protestan contra el FMI y piden salarios justos…
En Bolivia, el gobierno y la central obrera lo hicieron por separado en tanto los obreros protestan en contra del capitalismo, imperialismo y neoliberalismo…
En Colombia, la marcha terminó con disturbios…
En Rusia, la mayor manifestación y mitin en Moscú fue por puestos laborales y salarios dignos…
En Grecia, protestan contra el plan de austeridad...
En Estambul, medio millón de personas reivindican derechos de los trabajadores…

Y si siguiéramos a los demás países encontraríamos casi lo mismo. ¿Qué nos dicen estos titulares? El mundo, y realmente me refiero a todo el mundo, está al borde de los mayores desastres que la raza humana haya experimentado jamás.
Todo lo que está sucediendo en las economías, los eventos naturales exacerbados, la guerra tecnológica incipiente y con visas de volverse global, las enfermedades in crescendo, es nada más nada menos que el “principio de dolores” anunciado por Jesucristo. No habrá mejoría, solo empeorará.

Es posible y comprensible que los ciudadanos de este mundo se rebelen; que inconformes con sus gobiernos locales se alcen en escaladas que mayormente terminan en enfrentamientos y muertes.

Lo que no es aceptable ni pertinente, es que los ciudadanos del Reino de Dios se aboquen a estas mismas usanzas, cayendo en el mismo círculo vicioso de desconocer e irrespetar las autoridades. Los gobiernos democráticos permiten manifestaciones, no así la ruptura del orden establecido trayendo el caos y la confusión, aumentando la disconformidad e intolerancia de los trabajadores.

Nosotros los creyentes debemos estar apercibidos de los tiempos que estamos viviendo y prepararnos espiritualmente para hacerle frente a las olas destructoras que se ciernen sobre esta humanidad sin Dios. ¡Aprovechemos el tiempo que aún nos resta y anunciemos que la tan anhelada paz y justicia social solo se dará en el reino de Cristo!

De aquí hasta allá trabajemos… Demos lo mejor de nosotros para la extensión del reino de Dios, y aquel día –el Día del Señor– cuando Él haga temblar a todas las naciones, no nos encontrará desapercibidos ni dormidos, sino que estaremos de pie para recibir el ¡Deseado de todas las naciones! (Hageo 2: 7).