lunes, 2 de julio de 2012


Mundo extraño mundo 
por Eguinaldo Hélio de Souza

Estamos viviendo una época bastante extraña. Una época en la cual la religión es vista como un mal social y las preferencias sexuales como un derecho inalienable. Lo que yo creo que debe mantenerse bajo llave, en un cofre escondido debajo de mi cama. Y los deseos sexuales de muchos, no importa cuales sean, deben ser respetados como sagrados, por encima de cualquier juicio. En el caso de un choque entre apreciaciones religiosas y preferencias sexuales, estas últimas tienen todas las ventajas y todos los privilegios, sin tener en cuenta el deseo de la mayoría, la opinión de ciudadanos responsables, las tradiciones, la historia, la cultura e incluso la ciencia . Es un mundo extraño.

Recientemente un abogado se quejó por el hecho de que la justicia paulistana (de la ciudad de Sāo Paulo, Brasil) se niega a convertir la unión estable de personas del mismo sexo en matrimonio. Él cree que los jueces actúan "por cuestiones religiosas y personales", y ese tipo de discurso se ha convertido en una poderosa arma retórica en las manos de aquellos que quieren hacer valer su opinión. Alguien que tenga convicciones  religiosas es a menudo acusado de actuar de acuerdo a ellas, sea esto verdad o no. Se aplaude al "orgullo gay", mientras que de forma sutil y sistemáticamente, se intenta sofocar cualquier "orgullo cristiano".

Cuando William Carey llegó a la India se encontró con una práctica inhumana y cruel llamada satí – las viudas eran quemadas sobre la tumba de sus maridos. En la cultura hindú tal práctica era vista como normal y muchas viudas la aceptaban sin rebelarse. Sin embargo, la "visión religiosa" de Carey no le permitía aceptarla como correcta y motivado por su "visión religiosa” logró que dicha práctica fuera abolida. Las viudas de la India agradecen que alguien haya actuado por "cuestiones religiosas".

¿Y qué decir de los sacrificios humanos en México, cuando las víctimas tenían sus corazones arrancados aun estando vivas? ¿Y qué de los infanticidios en todo el mundo? ¿Y qué decir del canibalismo entre muchos pueblos nativos, tan normal como comer un bistec, y que sólo fue eliminado porque millones de misioneros cristianos se opusieron debido a su apreciación "religiosa"? Al contrario de lo que dicen los marxistas la esclavitud,  una institución milenaria en el mundo antiguo, terminó porque un grupo de cristianos movidos por sus "apreciaciones religiosas" presionó al Parlamento británico. Caso desconozcan el hecho, procuren saber quién fue William Wilberforce.

Estamos viviendo en una época donde al dulce se le llama amargo y al amargo se le  llama dulce. Donde la luz se considera oscuridad y la oscuridad, luz. Donde lo bueno es malo y lo malo es bueno. Donde declararse gay es motivo de orgullo, y declararse cristiano es visto como algo vergonzoso. Literalmente, el número de los que encuentran que es bonito ser feo ha estado creciendo de forma impresionante.

Lo más extraño de todo es que ahora ya no se trata de un simple Lot, un hombre temeroso de Dios varado en un mar de sodomitas y gomorritas que no aceptan su estilo de vida y por eso él se siente acorralado. Ahora es un montón de sodomitas y gomorritas que acorralan a un inmenso mar de cristianos, y éstos están obligados a negar sus convicciones ante el mundo, bajo el riesgo de que sean linchados. La mayoría debe callarse porque es cristiana, entonces su opinión no cuenta.

Sin lugar a dudas, las leyes y los tiempos han cambiado. La "transmutación de todos los valores", como quería Nietzsche está en curso. Una nube oscura se proyecta en el horizonte, mucho más oscura que aquella que un día sumergió a Alemania en una barbarie que hasta ahora se lamenta. No es de sorprender que el filósofo medio “loco” vea prevalecer su vaticinio infernal sobre un mundo que rechaza el amor y la luz de Dios. No es difícil imaginar porque "vino el diluvio y los destruyó a todos" (Lucas 17:27).

Mundo extraño mundo.


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