El ateo y la Biblia por Fábio Blanco
Puedo entender perfectamente, e incluso respetar, su
creencia de que la Biblia no es una revelación divina. Después de todo, el
creerlo depende un poco de fe, y esto requiere alguna experiencia y comunión
con Dios. Sin embargo, negar que sobre sus letras la civilización, en que vive
y disfruta, haya sido edificada raya a
la ignorancia.
Negar, sin embargo, su historicidad y autenticidad se convierte en delincuencia intelectual. Usted acepta la veracidad de libros
mucho menos comprobados por la historia. Algunos incluso, que ni siquiera
cuentan con una autenticidad plenamente apurada, son citados por su boca como
si fueran los más fidedignos del mundo. Relata historias basadas en escritos casi apócrifos y
son ellos los que le dan orientación sobre lo que usted propone defender.
Tenga en cuenta que casi todos los grandes pensadores de la
historia, incluso los no cristianos, tuvieron para con ese libro un gran respeto,
lo que demuestra que su actitud hacia la Biblia es algo disonante. Resulta que
ellos, como intelectuales que fueron, reconocían en ella una inigualable profundidad
existencial. También percibieron que de sus escritos brotaba un sólido fundamento para la moral y las relaciones humanas.
¿Es usted ateo? ¿Se jacta de ser un hombre
independiente? ¿Afirma que la Biblia es un cuento de hadas que no merece siquiera
atención? Entonces, es necesario que sepa que todo esto -la libertad, la
presunción, la individualidad-
solo es posible gracias a las páginas que usted contradice. Después de todo, ¿qué
es el ateísmo sino un subproducto del cristianismo?