jueves, 28 de abril de 2011

Dios todavía habla por profetas de carne y hueso

Ayer en Texas, USA, David Wilkerson –esposo, padre, pastor, predicador, maestro, profeta, escritor y abuelo– deja este mundo debido a un accidente automovilístico y entra a la presencia de Dios, el Dios a quien ha servido hasta sus 79 años. Este hombre ha sido el profeta de Dios para nuestros días. Ha predicado, enseñado, advertido, llorado y clamado por la Iglesia de Jesucristo.

Profeta es aquel que llora delante de Dios por Su pueblo, pero que exhorta a este mismo pueblo a volverse de todo corazón a su Señor, el soberano Rey y Creador de todo lo existente. Profeta no es aquel que trae palabras que todos quieren oír porque satisfacen sus deseos terrenales; profeta no es aquel que halaga a los hombres prometiéndoles grandes cosas de parte de Dios , cuando los receptores del mensaje tienen los corazones llenos de maldad y de pecado. Profeta es aquel que sufre y llora por el pecado, y aun a costa de su propia reputación o carisma denuncia todo aquello que desagrada a Dios. Profeta es aquel que primeramente agrada a su Señor antes que agradar a los hombres...

David Wilkerson ha sido el profeta moderno por antonomasia... ¡Como nos instaba a una vida de santidad...! ¡Como nos exhortaba a poner toda nuestra confianza en Dios y no en nosotros mismos...! ¡Como nos advertía que el “día de la ira de Dios” está cercano...! ¡Como nos animaba a perseverar en Cristo, descansar en Él, servirle y seguirle hasta el día final!

En abril de 1973 se publica el libro “La Visión” escrito por David Wilkerson. Ahora, abril de 2011, cuando el hombre de Dios, el predicador, el profeta, el escritor finaliza su existencia terrenal y regresa a la Casa de Padre, me permito reproducir algunos puntos de su libro La Visión.

Puedo asegurarles que el 98% de sus advertencias proféticas ya se han cumplido, siendo estas profecías cumplidas partes activas en nuestra sociedad hedonista, ególatra, permisiva y narcisista.

Al recibir la orden divina de escribir lo que Dios le mostraba, David lo comenta con algunos amigos que le hacen ver toda la publicidad negativa que recibiría por anunciar la venida del lobo cuando todo se veía color de rosa.
"¿Quién quiere escuchar un mensaje de confusión económica en una época de gran abundancia? ¿Quién quiere que le digan que vienen calamidades, cuándo hay tantos que ni siquiera pueden hacerle frente a la vida tal como es?"
Y tristemente, está mentalidad está presente en muchos de los hijos de Dios; les incomodan mensajes que llaman al pecado, pecado; se molestan cuando el mensaje es, según su percepción, palo, porque los mueve de la zona cómoda que no quieren dejar.
"¿Quién va a creer jamás que la libertad religiosa de que disfrutamos ahora, pronto habrá de ser amenazada y que el movimiento de revolución de Jesús se convertirá en un movimiento de repulsa de Jesús?"
Los creyentes de más edad han visto y sabido de la persecución a los cristianos en países comunistas o islámicos, pero lo que ninguno había visto era la persecución en nuestros propios países occidentales. Hoy, predicar las verdades bíblicas se ha hecho antagónico e impopular a las sociedades consumistas y permisivas del siglo XXI. La persecución ya se inició y, sin caer en el pesimismo, podemos deducir que empeorará. ¿Hallará el Señor fe en la tierra cuándo venga por los suyos?
"...No solo el dólar americano está encaminado a tener grandes dificultades, sino que todas las demás monedas corrientes en el mundo entero. Veo una confusión económica total que batirá Europa primero, y luego afectará al Japón, los Estados Unidos, el Canadá y, poco después, a todos las demás naciones."
"Los que se apoyen en el oro... se exponen a una trágica sorpresa. El precio del oro va a subir hasta alcanzar niveles astronómicos, pero no se sostendrá por mucho tiempo. La plata llegará a ser también un metal muy precioso y su precio aumentará desenfrenadamente. Pero ni la plata ni el oro ofrecerán verdadera seguridad. El valor fluctuante e incierto del oro y de la plata será parte del cuadro total de la confusión económica que hace presa del mundo..."
Dijo Jesús: "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón" (Mateo 6:19-21).
"Aquellos que predican que todo buen éxito es el resultado final del pensamiento positivo, van a descubrir que la moneda tiene dos caras también. Grandes pérdidas, confusión y reveses harán trizas los procesos del pensamiento positivo de mucha gente bien intencionada, que cree falsamente que sus éxitos y bienestar económico son el resultado de su propio pensamiento positivo."
En los días de la publicación de este libro el pensamiento positivo, lo que dices recibe hacían furor en la cristiandad pentecostal. Hoy estos conceptos son parte de la Teología de la Prosperidad. No obstante, la advertencia sigue en vigor: el que esté creyendo que todo lo que tiene es por su gran fe, porque Dios los quiere prósperos, porque se lo merecen puesto que son hijos de Dios, llegarán a estar desagradablemente sorprendidos. Pero gracias doy a Dios que muchos de los deslumbrados por estas revelaciones ya están viendo la luz verdadera brillando en sus vidas y corazones.

Lo que sigue está dentro del 2% de las profecías que no se han cumplido. El futuro dirá la verdad…
"Estados Unidos va a experimentar, en un futuro no muy distante, el terremoto más trágico de sus historia. Pronto un día este país se tambaleará bajo el impacto del mayor relato noticioso de los tiempos modernos… Este sismo causará pánico y miedo generales..."
"Otro sismo, posiblemente en el Japón, puede preceder a este que veo venir acá. No existe la más ligera duda en mi mente en cuanto a este inmenso terremoto que tendrá lugar en nuestro continente.
...será muchas veces más grave que el terremoto de San Francisco... No estoy convencido... que terremoto tenga lugar en California... creo que va a ocurrir donde menos se lo espera... Originará otros dos terremotos mayores... habrá terremoto en las Islas Aleutianas... que afectará la costa oeste de Estados Unidos."
"...miles morirán de inanición por el hambre... unos años catastróficos traerán hambre... habrá sequías, inundaciones y otros desastres meteorológicos, que destruirán grandes cantidades de la producción mundial de alimentos..."
El que sigue de cerca las noticias mundiales puede dar fe de la veracidad de estas palabras. El peor ciego es el que afirma que la ceguera no existe.
"...derrumbes morales... Este derrumbe moral sobrepasará todo lo que la mente humana sea capaz de imaginar... Ya un espíritu demoníaco de lujuria está pasando sobre muchos países, trayendo consigo desnudez, perversión y una inundación de inmundicia..."
En los años 70 ni siquiera podíamos imaginar que llegaríamos a conocer y saber de la existencia y práctica de los más abyectos desvaríos sexuales como los reinantes en nuestros días.
"En breve los cristianos van a quedar expuestos a una corrupción moral y una sensualidad tan violentas que será necesario estar bien agarrados de Dios para sobrevivir. Los... indecisos... van a caer derrotados. ...Los que no entren en el arca de seguridad de Dios, serán arrastrados con todo por esta avenida de inmundicia."
¿Todavía lo duda? ¿No es suficiente ver todo lo descrito arriba en la televisión pagada y gratis de nuestros países? ¿No es suficiente la cantidad de basura que podemos acceder vía Internet? ¿Lo que vemos en las llamadas fiestas populares?
"En las clases de educación sexual de los últimos cursos de la escuela secundaria y en las de la escuela superior, se presentará el acto sexual en filmes. Los diagramas serán… animados. ...no está muy lejano el tiempo cuando los estudiantes de los últimos cursos de secundaria... serán expuestos a filmes de educación sexual que presentarán el preludio del acto."
Me entristece decir que David Wilkerson se quedó corto. Todo lo que vio en la visión, todo lo que escribió se está dando, pero no solo a estudiantes de niveles escolares más altos; sino que toda esta basura disfrazada de educación sexual ha llegado hasta a los infantes de los parvularios. En algunos países el librito ilustrado mostrando el acto sexual explicito y dirigido a los niños más pequeños ya es una realidad en nuestros días.

El libro La Visión considera muchos otros aspectos del vivir cotidiano; lo expuesto aquí es solo un pincelazo. Estoy segura de que con la partida de David a la Casa de Padre sus palabras cobrarán fuerza y las distintas editoriales publicarán nuevamente sus libros, sobre todo el que estamos considerando: La Visión. Es bueno que lo hagan porque la vida de Wilkerson trasciende lo terrenal: nos ha dejado un legado y ha sido un modelo a imitar. Asimismo, como seres humanos imperfectos que somos, tendemos a valorar más a las personas cuando abandonan a esta tierra que cuando hablaban a nuestro nivel.

Con el deceso de Wilkerson, el profeta moderno, sus palabras se harán más relevantes, y será un nuevo y enfático llamado a la Iglesia de Jesucristo para prepararse día tras día, y hacerle caso a la advertencia dada por Jesucristo: El que es santo santifíquese todavía (Apocalipsis 22:11).

No dudemos ni por un instante, todo lo profetizado en la Palabra de Dios se cumplirá. Dios, en su misericordia, muestra pantallazos del futuro a algunos de sus hijos para que nuevamente nos adviertan de lo que viene sobre la humanidad.

La aguas turbulentas de la inmoralidad seguirán aumentando y arrastrando a muchos en su caudaloso cauce. La violencia alcanzará ribetes inimaginables; las mentiras se harán verdades y a las verdades se le llamarán más y más de intolerancia. El cristianismo, tal como en sus inicios, será visto y decretado como una secta destructiva que debe ser eliminada a como dé lugar.

Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca (Lucas 21:27).

martes, 26 de abril de 2011

¡Bendito sufrimiento!

Cuando Jesucristo envía Ananías a orar por Saulo de Tarso, más tarde conocido como el apóstol Pablo, frente a la sorpresa de Ananías, pues Saulo era un perseguidor de los cristianos, le dice el Señor: “Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hechos 9:15, 16).

La tendencia de una gran parte de la cristiandad occidental es creer que el sufrimiento estará ajeno a los hijos de Dios. Todo aquel que esgrima dichos argumentos lo único que probará será su escaso conocimiento bíblico.

A mí misma, en mis primeros pasos en el cristianismo, me asustaba pensar que tendría que sufrir. Mis primeros años fueron muy suaves, dulces, con pocas luchas o conflictos. En aquella época cuando leía “… aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas” (1 Pedro 1:6), me decía: ¡Ah, la Biblia es clara; dice “si es necesario”, lo que significa que si no es necesario no habrá sufrimiento! ¡Y cuanto alivio me traía creer en mis propios razonamientos!

Los años se sucedieron raudos, vertiginosos; mi comprensión bíblica creció y lo que entonces me parecía lo adecuado a todos mis temores fue cambiado por la realidad de la vida cristiana: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1Pedro 2: 21).
El que quiera realmente conocer (no intelectualmente, sino de corazón) a Cristo pasará por dónde Él pasó; no hay otro sendero, este el único: seguir Sus huellas.

Ahora puedo decir que el sufrimiento y el dolor,entremezclados con momentos de alegría e intensa satisfacción, serán una constante en tu caminar con Cristo. Aunque parezca increíble, cuantas riquezas, inescrutables riquezas, traen aparejados los sufrimientos si sabemos buscarlas, verlas y recibirlas.

Y hoy pasados tantos años, haciendo una retrospectiva de mi caminar con Cristo, puedo decirle a mi Señor y Salvador Jesucristo:

¡Bendito sufrimiento que mis ojos abrió, y te pude encontrar!
¡Hoy mis ojos te miran más claramente, pues las lágrimas abrieron el camino para una mejor visión! No fue fácil ni agradable, ¡pero sí necesario!
¡No fue poco ni excesivo, fue dosificado a mi medida, pues tus sabias manos de Médico del Alma nunca se equivocan!

¡Gracias Maestro, por señalarme el camino, no solo por indicación, sino que me has dejado tus huellas, imborrables huellas, aun cuando hayan pasado muchos años desde que por allí caminaste, y las pude ver, encontrándote al final!

¡El dolor me acercó mucho más a ti, mi Señor, y ciertamente fue un precio muy bajo por todo lo que recibí de tu gracia, misericordia y bondad!
¡Gracias, porque el sufrimiento me hizo entender que el cielo sin ti sería el infierno; y que el infierno a tu lado se transforma en el cielo!
¡Gracias, porque pude entender que aun cuando todos me dejaran, tú nunca me dejarás!

¡Gracias, Maestro, por mostrarme el camino!
¡Gracias, Maestro, por enseñarme a caminar por las aguas tumultuosas!
¡Gracias, Amado mío, por enseñarme a diario lo que es el Amor!

¡Gracias porque hoy puedo decir como el salmista: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra” (Salmo 76:25).
¡Gracias, porque por ti vivo y viviré!

lunes, 25 de abril de 2011

De la oración de Habacuc

Habacuc 3: 17-19 – Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento,y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas,y en mis alturas me hace andar.

Esta oración de Habacuc es tan hermosa y profunda que ha sido inspiración para canciones, disertaciones, escritos y otros dentro de la cristiandad.

Yo misma hice tres paráfrasis de la oración de Habacuc:
Primera: aplicada a la vida del creyente en el siglo XXI.
Segunda: aplicada a mi propia vida después de la intervención quirúrgica para extirpar un meningioma y sus secuelas (parálisis facial, hipoacusia, y otros).
Tercera: es el retrato de mi vida (muy bendecida por cierto) en mi caminar con Cristo Jesús.

Versión "vida diaria"
Aunque el salario no lo aumenten,
Ni baje el precio de la canasta familiar...
Aunque no haya plata en el bolsillo,
Y la despensa vacía esté...
Y me hayan cortado el agua y la luz se ha ido por el mismo camino,
Y hace meses que no pago la hipoteca de la casa...
Con todo, yo me alegraré en el Dios de mi salvación.
Jehová el Señor es mi proveedor
El cual hace mis pies maratonianos
Y en mis alturas me hace andar.

Versión “mi salud”
Aunque la parálisis no se me quite,
Ni el oído recobre su función...
Aunque el ojo no se cierre solo,
Y mi equilibrio no muestre una buena condición...
Y los años se hagan cada día más pesados,
Y no haya señales de que sean cambiados...
Con todo, yo me alegro en Jehová
Y me gozo en el Dios de mi salvación.
Jehová el Señor es mi Dios Todopoderoso
El cual hace mis pies como de alpinista
Y en mis alturas me hace andar

Versión “mi vida”
Aún cuando lo que lo que nunca quise me alcanzó,
Y fuertemente me golpeó...
Aún cuando lo que siempre anhelé nunca llegó,
Pero sí, sufrimiento me añadió...
Y lo que tuve me fue quitado,
Y mucho por lo que luché se disipó...
Con todo, yo me alegro en Jehová
Y me gozo en el Dios de mi salvación.
Jehová el Señor es mi Pastor
El cual hace mis pies como alas de águila
Y en mis alturas me hace volar.

viernes, 22 de abril de 2011

ODA AL AMOR ÁGAPE

Aunque me vuelva tan rico como Creso, el rey Midas, los Rockfeller, H. Hughes y Bill Gates combinados, y no tengo AMOR, nada soy.
Aunque me haga tan poderoso como Nabucodonosor, Alejandro el Grande, Carlomagno y Napoleón Bonaparte juntamente, y no tengo AMOR, nada soy.
Aunque posea la elocuencia de Demóstenes, Cicerón, Shakespeare y Churchill, de manera que cautive multitudes, y no tengo AMOR, nada soy.
Aunque tenga la belleza y encanto de Elena de Troya, Cleopatra, y Miss Universo, si no tengo AMOR, nada soy.
¡EL AMOR ÁGAPE NUNCA FALLA!

Aunque haya riqueza, se descompondrá y arruinará.
Aunque haya fama, se sumirá en el olvido.
Aunque haya poder y supremacía política, se reventará como una burbuja.
Aunque haya poder militar, se deshará en migajas.
Aunque haya voces elocuentes, éstas se acallarán.
Aunque haya belleza de cara y forma, se desvanecerá.
PERO EL AMOR ES PARA SIEMPRE.

Cuando no haya más tiempo,
Cuando los reinos y altas posiciones del mundo caigan,
Cuando la ancianidad de los días se presente ante Su silla de juicio,
Cuando se dejen de escuchar las arpas angelicales y el silencio de los cielos llene el Universo,
EL AMOR TODAVÍA SERÁ JOVEN.

Cuando el último avión haya hecho su viaje,
El último satélite haya circulado el globo,
Y el último cohete haya sido lanzado;
Cuando los despojos del cosmos derretido sean esparcidos por la violencia de la ira de Dios;
Cuando el nuevo cielo y la nueva tierra broten de la matriz de las edades,
EL AMOR TODAVÍA ESTARÁ EN SU INFANCIA.

Nunca envejecerá.
Nunca se desvanecerá.
Nunca se descompondrá.
Es el máximo objetivo de la vida.
Es divino, por lo tanto...
ASEGÚRESE QUE EL BLANCO DE SU VIDA SEA EL AMOR.

jueves, 21 de abril de 2011

Solicitud de Traslado

Para:
El Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Espirituales:
Cristo Jesús.


Querido Señor:

Escribo esta nota para solicitar mi traslado a un trabajo de escritorio. A continuación presento mis razones. Comencé mi carrera como soldado raso, pero debido a la intensidad de la batalla, Tú me promoviste rápidamente de rango. Me has hecho un oficial y me has dado tremenda responsabilidad. Hay muchos soldados y reclutas bajo mi mando.

Constantemente soy llamado a compartir sabiduría, tomar decisiones y hallar soluciones a problemas complejos. Me has colocado en una posición como oficial cuando, en mi corazón, sé que sólo tengo las pericias de un raso. Me doy cuenta de que has prometido suplir todo lo que necesitaría para la batalla. Pero, Señor, tengo que presentarte un cuadro realista de mi equipo.

Mi uniforme, una vez bien planchadito y almidonado, está ahora manchado de lágrimas y sangre de aquellos a los que intenté ayudar. Las suelas de mis botas están rajadas y gastadas por las millas que he caminado intentando reclutar y animar a las tropas instruidas. Mis armas están desgastadas, deslustradas y picadas por la constante batalla contra el enemigo. Aún el Libro de Regulaciones que me dieron se ha averiado de tanto uso. Las Palabras están ahora manchadas.

Tú has prometido que estarías conmigo durante todo el camino, pero cuando el ruido de la batalla es tan alto y la confusión es tan grande, no puedo verte ni oírte. Me siento tan solo. Estoy cansado. Estoy desanimado. Tengo fatiga de batalla. Nunca te pediría una separación. Me gusta estar a tu servicio. Pero humildemente solicito una degradación y traslado. Archivaré papeles o limpiaré baños. Sólo sácame de la batalla, por favor, Señor.

Tu Fiel pero Cansado Soldado
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Para:
El Fiel pero Cansado Soldado, Fuerzas Armadas Espirituales
Asunto: La Transferencia del Campo de Batalla


Querido Soldado:

Tu solicitud de transferencia ha sido denegada. A continuación te presento mis razones. Se te necesita en esta batalla. Te he seleccionado y mantendré mi Palabra de suplir tus necesidades. No necesitas una degradación y traslado (nunca serías bueno limpiando baños). Lo que necesitas es un período de "R&R" -- Renovación y Reencendido.

Estoy preparando un lugar en el campo de batalla que está aislado de todo el ruido y completamente protegido del enemigo. Me encontraré contigo allí y te daré reposo. Quitaré tu viejo equipo y "haré todas las cosas nuevas".

Has sido herido en la batalla, mi Soldado. Tus heridas no son visibles, pero has recibido graves daños internos. Necesitas ser sanado. Yo te sanaré. Te has debilitado en la batalla. Necesitas ser fortalecido. Te fortaleceré y seré tu fortaleza. Voy a verter sobre ti confianza y habilidad. Mis Palabras se reencenderán dentro de ti y renovarán tu amor, celo y entusiasmo. Te has reportado a mí, averiado y vacío, Yo te llenaré.

Compasivamente….

Tu Comandante-en-Jefe, Cristo Jesús

miércoles, 20 de abril de 2011

¡Maranatha! ¡Ven, Señor Jesús!

“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” – Jesucristo.

Gracias le damos a Dios que ciertamente no somos de este mundo; solo estamos de paso por aquí. Peregrinos somos camino a la casa del Padre. ¿Si así no fuera cómo estuviéramos? ¿Cómo está el mundo? ¿Qué perspectivas nos ofrece el mundo cuando observamos su decadente trayectoria?

Estas son noticias que tuvieron destaque en los medios de comunicación en los últimos días:
▫ En USA la senadora judía Terry Bonoff, demócrata de Minnesota, quiere sacar el nombre “Jesús” de las oraciones que inician cada sesión del senado estatal….
▫ Pastor norteamericano escribe un libro donde asegura que el infierno no existe…
▫ Fiscalía española no considera delito “Gólgota picnic”, obra que se burla de Jesús llamándolo “Mesías del Sida”…
▫ Una “cristiana lesbiana” publica una novela con un Jesús bisexual…
▫ La orientación sexual depende de la serotonina…
▫ Lady Gaga dice estar enamorada de “Judas” llamándolo rey sin corona…
▫ Estudiante atea procesa la ciudad por mantener una valla con una oración en la escuela…

Al leer estas blasfemias, ultrajes, irreverencias, ofensas e injurias solo atino a remitirme a las palabras de Jesucristo:
“Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado” (Juan 15: 18-21).

Y no solo son las mencionadas anteriormente, sino que los despropósitos siguen a la orden del día:
▫ Por primera vez mueren más adolescentes que niños en el mundo…
▫ Científico que pronosticó terremoto en Japón, presagia otros sismos en USA y el Cáucaso…
▫ Adolescentes de USA consideran normal cinco copas diarias…
▫ Se está perdiendo la batalla contra las “superbacterias” que se han hecho inmunes a los antibióticos…
▫ “Superbacteria” en la India podría propagarse a todo el mundo…
▫ FMI pronostica petróleo "escaso y caro"…
▫ Brasier a los 6 años reabre polémica sobre la "adultización" de niñas en Brasil…
▫ Jóvenes alemanas usan tampón vaginal embebido en vodka para embriagarse…
▫ Reservas de maíz en USA en su nivel más bajo en 15 años por usar el maíz en la producción de etanol…
▫ Hombre de 23 años mata a 13 estudiantes entre 9 y 14 años e hiere a 20 personas en una escuela en Rio de Janeiro…
▫ Revueltas en Egipto, Túnez, Irak, Libia, Yemen y Bahrein…
▫ ONU afirma que centenas de mercenarios están actuando en Libia y matando niños…
▫ Hombre dispara en centro comercial de Holanda y mata a 5 personas…
▫ Japón eleva alerta nuclear en Fukushima al mesmo nivel que se emitió para Chernobyl en 1986...

Frente a esta “marabunta” noticiosa podemos dar gracias a Dios por habernos preparado para todo lo que vendría y vendrá sobre este mundo para que no desfallezcamos como los que no tienen esperanza:
“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes y hambres y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24: 6-8. 11-14).

Termino dejándoles con las palabras dichas por nuestro Señor Jesucristo cuando advertía sobre los tiempos venideros:
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” – Lucas 21: 33, 28.

martes, 19 de abril de 2011

¡Gracias, mi Señor!

Si hay algo que satisface y llena el corazón de los padres cristianos es ver que sus hijos escogen la mejor parte en la vida: sentarse a los pies de Jesucristo.

Con nuestros hijos nos esforzamos mucho para darles la mejor educación que podamos costearles, proveerles la mejor alimentación, proporcionarles recursos para entretenimiento, velar por su salud física y emocional; y todo esto es deseable y meritorio. No obstante, esto no es todo. “La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido... Hagan tesoros en el cielo donde no serán corrompidos ni hurtados…” dijo Jesucristo.

Trabajamos arduamente para darles un mejor futuro, para dejarles más recursos económicos con el fin de facilitarles un poco la vida. Sin embargo, ¿cuántos padres se han preocupado de querer dejarles un legado espiritual? ¿De dejarles huellas que los conduzcan al Dador de Vida, Cristo Jesús? Antes que cualquier legado material, que mal administrado se volverá nada, ¿por qué no preocuparnos para dejarles un legado espiritual que los acompañará más allá de la muerte?

De la misma manera en que nos esforzamos y trabajamos para darles, a nuestros hijos, todo lo mejor que podamos, este mismo empeño debemos poner en hacer de ellos ciudadanos del Reino de Dios. Esta es la más grande y grata labor a la cual hemos sido llamados como padres.

Yo, como madre, tengo esta misma responsabilidad, y cuan placentero y agradable es cuando vemos nuestros hijos firmes en el Señor, peleando la buena batalla. En ocasiones, sí los veremos caerse, pero igualmente seremos testigos de su levantarse y seguir adelante en la senda preparada para ellos por nuestro Dios.

Toda esta introducción es para contarles cuan agradecida estuve con mi Dios cuando al leer lo que redacté (el post anterior: A ti mi Cristo…), mi hija me escribe para hacerme un comentario sobre lo leído. Y aquí me permito transcribirlo, no sin antes decirle a ella: Gracias, hija, por tus palabras. Uno de mis más ardientes deseos es poder dejar un legado espiritual cuando yo regrese a la casa del Padre, y que este legado conduzca a los que me sobrevivan a Cristo Jesús Señor nuestro. Si logro hacerlo, podré decir que mi vida valió la pena.

Estas son sus palabras:
“¡¡¡Me encantó!!!
Cuando regreses a casa, ten por seguro que esta será una de las lecturas que haré en tu honor. Cada palabra te refleja a ti y lo que has vivido y aprendido con el Señor. Declarar “yo creo en ti”, cuando las sombras de duda lo rodean a uno, mostrando la cruda “realidad” frente a nuestros ojos naturales (o más bien, debo llamarla la “percepción” de la realidad, porque la realidad no está en lo que se ve con estos ojos), es donde éstos deben cerrarse para ver, solo a Jesús, que es La Verdad.
¡¡Creo en ti Señor!! ¡Sé que mi vida también en tus manos está!”

domingo, 17 de abril de 2011

A ti mi Cristo…

En aquellos días cuando soy como el búho de las soledades; cuando todo se tiñe de oscuro y aun el cielo amenazante se ve, ¡yo creo en ti y sé que mi vida en tus manos está!

Cuando estoy como pájaro solitario sobre el tejado, y todos se han alejado y sola debo enfrentar lo que se avecina, ¡yo creo en ti y sé que mi vida en tus manos está!

Al no encontrar respuestas a mis muchas preguntas; al estrellarme con puertas herméticamente cerradas, y cuando el dolor invade todo mi ser, ¡yo creo en ti y sé que mi vida en tus manos está!

Al venir los días nublados, cuando el sol ni siquiera se asoma; y navegando estoy en mis olas de desánimo, donde todo parece sin sentido y sin rumbo seguro, ¡yo creo en ti y sé que mi vida en tus manos está!

Y cuando finalmente la tormenta es reemplazada por la bonanza; los sueños fenecidos recobran vida y el gozo inunda el corazón, ¡yo creo en ti y sé que mi vida en tus manos está!

Bajo la explosión de la alegría y del jolgorio, cuando todo sale a pedir de boca; y la risa encuentra morada fija en mis labios, ¡yo creo en ti y sé que mi vida en tus manos está!

Y al llegar al final de la jornada, cuando el tiempo de volver a casa raudo se aproxima, puedo soltar las amarras entregándome a tu perfecto amor, porque ¡yo creo en ti y sé que mi vida en tus manos está!

sábado, 16 de abril de 2011

No desmayemos… sigamos adelante…

El mundo empeora cada día; a lo bueno se le llama malo, y a lo malo se le tilda de bueno. ¿Hasta dónde llegaremos? Llegaremos al colmo de la maldad y luego, vendrá el Señor (Mateo 24). Eso nos debe llevar a la reflexión y entender que muchas de las cosas que consideramos primordiales, que consideramos “lo máximo”, en realidad son cosas pasajeras, temporales. Abramos los ojos y veamos lo que realmente es permanente, imperecedero y que nos seguirá en la otra vida, lo que permanece para siempre.

Vivamos de tal manera, –asignándole a cada área de nuestras vidas, su justo y verdadero valor según los cánones eternos– que podamos decir cada día como el apóstol Pablo:

“Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21). “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo….
A fin de conocerle, y el poder de su resurrección…No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3: 8-14).

Avancemos y animémonos los unos a los otros corriendo la carrera que tenemos por delante, para que algún día cosechemos lo que estamos sembrando si es que no hemos desmayado.

miércoles, 13 de abril de 2011

Los cristianos y la Palabra de Dios (Una paráfrasis de Romanos 2: 17-29)

He aquí, tú tienes el sobrenombre de cristiano, y te apoyas en la Palabra de Dios, y te glorías en Dios, y conoces su voluntad, e instruido por la Palabra apruebas lo mejor, y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, instructor de los que saben menos, maestro de niños, que tienes en la Palabra de Dios la forma de la ciencia y de la verdad.

Tú, pues, que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que se debe amar, ¿aborreces a tus vecinos, criticas y condenas a tus hermanos en Cristo? Tú que dices que no se debe descuidar la comunión con Dios, ¿no oras? Tú que abominas de los ídolos, ¿permites que muchas cosas se interpongan entre tú y Dios? Tú que te jactas de la Palabra de Dios, ¿con infracción de la Palabra deshonras al Señor? Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.

Pues en verdad el ser cristiano aprovecha, si guardas y pones por obra la Palabra de Dios; pero si eres transgresor de la Palabra y oidor olvidadizo, tu estado de cristiano viene a ser tradicionalismo. Si, pues, el que vive apoyado en la tradición guardare las enseñanzas de la Palabra de Dios, ¿no será tenida su tradición como cristiana? Y el que aparentemente es tradicionalista, pero intenta agradar a Dios guardando Su Palabra, te condenará a ti, que con la letra de la Palabra y con tu pseudo cristianismo se hace transgresor de la Palabra de Dios.

Pues no es cristiano el que lo es exteriormente, ni es cristianismo verdadero lo que se hace exteriormente en la carne; sino que es cristiano el que lo es en el interior, y el cristianismo es el del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.

lunes, 11 de abril de 2011

¿Nos hablan los eventos?

¡Cuántos eventos desgarradores se han dado en estos últimos tiempos y semanas!
La convulsión en el mundo árabe, las protestas alrededor del mundo, la violencia e inmoralidad aumentando, el terremoto en Japón con los consiguientes desastres: tsunami, daño en los reactores nucleares, nevasca en las áreas devastadas para seguir con la contaminación radioactiva que continúa expandiéndose y asustando a muchos; sin mencionar los nuevos sismos acaecidos.

En nuestro mundo globalizado el país con más tecnología en el orbe es Japón. Es inquietante, y también sería sumamente irónico si no fuera tan aterrador, pensar que las catástrofes sufridas por el pueblo nipón no hayan podido ser detenidas ni minimizadas con todos los recursos tecnológicos que poseen y contaban en el momento de las calamidades.

¿Nos estará diciendo algo el Dios todopoderoso, el Rey de reyes y Señor de señores? ¡Ya lo creo!
Una de las necesidades básicas del ser humano es la seguridad, la necesidad de sentirse seguro. Fuimos creados con esta característica, nacimos con ella. Conforme crecemos y maduramos en el transcurrir de nuestra existencia, tendemos a buscar seguridad en personas, carrera, habilidades, economía, recursos tecnológicos y otros.

En un mundo tan materialista, con un galopante hedonismo en todas las áreas del vivir cotidiano, cuán fácil es “descansar” y “reposar” en los artilugios de la tecnología que alcanzamos a obtener y usufructuar. ¿Creemos y asumimos que la ciencia, las modas, las declaraciones de los “expertos” en cualquier área, las tecnologías de punta, nos garantizarán seguridad y salvación? ¿Qué estamos exentos de los embates destructivos de la naturaleza?

Los terribles eventos sufridos por el pueblo japonés nos pueden enseñar y llevarnos a reflexionar sobre muchas cosas, pero hoy mi énfasis estará puesto sobre los falsos asideros que erigimos a diario para sentirnos seguros en un mundo cada día más inseguro.

Los desastres vendrán, las tragedias se seguirán dando, y ¿dónde estará nuestra seguridad? El salmista en sus días se hizo la misma pregunta: “Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?” (Salmos 11:3a).

La respuesta es: “Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra”. (Salmos 124: 8).
¡Nuestro Dios es nuestra seguridad, en Cristo Jesús estamos seguros, aun cuando muramos, pues al cerrar los ojos a esta vida pasajera los abriremos a la vida verdadera, la vida con Cristo el Señor!

¡Cuánto más se aturdan las naciones, cuánto más los elementos naturales se alteren, más debe ser nuestra dependencia y reposo en el Eterno Dios, creador de todo lo existente y creado!
¿Paz y seguridad? Solo Cristo Jesús nos las puede dar. Que los falsos asideros sean cambiados por los asideros divinos los cuales permanecen para siempre, de tal manera que podamos decir como el salmista:

“Dios es mi amparo y fortaleza, mi pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeré, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza” (Salmos 46:1-3).

sábado, 9 de abril de 2011

¿Cómo estás delante de tu Dios?

Estamos viviendo tiempos significativos, tiempos en que muchas corrientes espiritualistas se dejan sentir, atrapando a aquellos que tienen hambre de lo espiritual; quienes, lamentablemente, no acuden a la “mesa del Señor”, sino que acuden al basurero de cualquier “restaurante espiritualista”.

Muchos afirman hablar en el nombre del Señor Jesús, y sin embargo no es así. ¿Cómo reconocer a quiénes Dios ha enviado? El mismo Dios en las palabras del profeta Jeremías, en los años 600 a. C. aproximadamente, nos da respuesta:

“No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras” (Jeremías 23: 21, 22).

Todo profeta –entendiéndose como tal a todo aquel que habla de parte de Dios– debe instar al pueblo a la santidad, a la consagración, al perdón, al servicio del verdadero Dios y de Jesucristo nuestro Señor.

Este texto es para que meditemos y entendamos que cuando no estamos en el secreto de Dios no podremos oír su voz, y por ende ni siquiera podremos discernir cuando algo que se dice es de Dios o no.

Cuidémonos, los días son malos; y la venida del Señor está cercana.
¿Cuándo venga el Señor hallará fe en ti? ¿Encontrará amor por Él en tu corazón?

jueves, 7 de abril de 2011

Cavilando en el ayer...

Hace un par de años, después de momentos sumamente difíciles, en estos tiempos de reflexión que en ocasiones solemos practicar, me puse a pensar en cuan bendecida había sido por la provisión divina a mi vida a través de siete mujeres –más que hermanas, amigas– tan queridas.

Fueron siete mujeres, cada una estuvo en el momento propicio; cada una aportó mucho a mi vida. Ellas fueron el más hermoso ramillete de hermosas flores que trajeron fragancia a mi vida en los momentos de nauseabundos olores productos de la angustia, del dolor y del sufrimiento.

En aquel entonces las reuní y escribí a cada una de ellas como muestra de gratitud a Dios por sus vidas y por traer bendiciones a mi vida. Ahora, releyendo lo escrito en el pasado, quiero nuevamente dar gracias a Dios por estas mujeres –una de ellas ya se ha ido a la Casa del Padre– y que lo escrito en este blog (omitiré los nombres de mis amigas) toque algunos corazones y levante en cada lector/a un aluvión de acciones de gracias a nuestro Dios.

Sé, que tal como a mí, nuestro Dios ha puesto en tu camino personas asombrosas y que, tal vez, no te has detenido a pensar en ellas. Si mi ejemplo te mueve a dar gracias a tus personas maravillosas, hazlo rápido, no te demores, pues la ordenanza del Señor sigue vigente “sed agradecidos…”


Querida E…
Corría el año 1976, estábamos en un retiro en El Valle, y allá llegaste y nos conocimos. Desde el primer día me caíste muy bien. Siempre fuiste “chispa”. Después de un tiempo empezamos a trabajar juntas en la misma congregación.

En la ocasión en que me entrevistabas para la membresía de la iglesia, puesto que debería ser miembro para poder trabajar en el área de educación cristiana, me preguntaste que quería yo del Señor, y me acuerdo que te contesté que quería ser una vasija de honra en Sus manos. Veía la vasija como un ánfora, muy bonita y muy elaborada.

Luego, estuvimos juntas en el Cuerpo Oficial y pude conocerte un poquito más, y te admiraba mucho. Oraba y decía yo al Señor que quería ser como tú. Me encantaba tu forma de orar. Tu sensibilidad al Espíritu Santo.

Y ahora tantos años después, puedo decir que fuiste la primera cristiana que me impresionó y que me hizo desear ser como esa creyente, un verdadero vaso de honra. Definitivamente amiga, haces parte de mi vida.

Esa es la razón de mis palabras, una forma de decirte “gracias” por haber sido tan especial para mí. Siempre sentí tu amor hacia mí, aun cuando yo era tan “hermética”. Supiste ganar mi corazón y aunque estemos físicamente distanciadas, en diferentes iglesias, quiero que sepas que mi amor, mi aprecio y mi gratitud por ti permanecen inalterables y seguirán hasta la eternidad.

Gracias amiga, gracias hermana, has dejado huellas dignas de imitación.
Gracias, y que de lo mucho que me diste, pueda el Señor multiplicarlas en bendiciones a ti y a los tuyos, hoy y hasta el día del encuentro con Él. Siempre estarás en mi corazón, y en la eternidad caminaremos juntas al lado de nuestro Amado Señor Jesucristo.


Querida R…
Desde que me convertí, allá por el año 75, siempre te veía pero no te conocía. Cuando iba a tu iglesia, con la bendición del padre director (acuérdate que nos convertimos en el Movimiento Carismático) veía la hermana R…, la encargada de Educación Cristiana, dando anuncios en el culto, promoviendo Retiros y Cursos.

Debo decirte que en estos años de convertida, del 75 al 88, había leído mucho, participado en muchos eventos cristianos, oído una gran cantidad de predicadores, hombres y mujeres de Dios, y aunque ciertamente me ministraron y aprendí mucho con ellos, ninguno marcó fuertemente mi vida.

Sin embargo, allá por el año 1988 en el Instituto Bíblico, decidí asistir a la clase de Tipología, dictada por la profesora R…. En esa clase te conocí, no tu vida personal, sino tu vida de comunión y de relación con nuestro Dios, que se reflejaba en lo que hacías y decías.

Asistía a tus clases embelesada por todo lo que aprendía, pero sobre todo por tu propia vida. De ti fluía el amor que le tenías al Señor Jesús; oírte hablar de Él era como oír una declaración de amor de un alma enamorada hasta lo sumo. Fuiste la primera persona que me impactó por el inmenso amor que le tenías a Jesús, y quise ser como eras. Oraba a mi Dios y decía: “Jesús, quiero ser y amarte como te ama mi hermana R…”.

Y ahora en mis 25 (hoy ya son 37) años de andar con mi Señor, cuando lo amo con todo mi ser, con todo mis fuerzas, y cuando puedo decir como el apóstol Pablo “para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”, quiero que sepas que soy fruto de una semilla de amor sembrada por ti en mi corazón, en unas clases de Tipología.

Fue muy grande lo que me brindaste, y aunque no se puede recompensar en su totalidad, no hay nada que pague lo que me diste, quise retribuirte hoy y decirte “gracias amiga, gracias hermana, gracias compañera de milicia. Tus huellas fueron como las huellas del Maestro, dignas de seguirlas. Gracias”. Siempre estarás en mi corazón, y la eternidad nos encontrará juntas, amando y adorando a nuestro Señor Jesucristo.


Querida M…
Cuando en mi vida por vez primera el Señor me lleva al desierto, cuando empieza el duro y necesario trato de Dios hacia mí, con el único fin de hacer de ésta la mujer conforme a Su corazón, tú entras a mi vida como el Simón de Cirene que Él levanta para ayudarme a cargar mi pesada cruz.

Aunque pasara media eternidad nunca podría, ni podré, olvidar lo que fuiste para mí. Fuiste la mano que me consoló, la voz que me alentó, la maestra que me ayudó a disciplinarme en la oración, la amiga que sufrió conmigo. Sólo la eternidad dirá todo lo que hiciste por mí, que quizás ni tú misma lo supiste en su totalidad, pues fueron victorias en el mundo espiritual, ocultas a nuestros ojos mortales.

En los días en que le doy gracias a Dios por aquellas personas que dejaron huellas en mi vida tú nunca podrás estar ausente. Fuiste de mucha bendición, de ánimo, de firmeza para mí. Cuantas veces no tenía a donde ir en mi desesperación, en mi soledad, en mis angustias, y allí estaba tu casa y tú, siempre disponible, a pesar de que también tú misma tenías problemas. Fuiste la hermana que nunca tuve, fuiste la pariente cercana que nunca tuve aquí en Panamá.

Gracias amiga, gracias hermana. Mis palabras y el retribuirte hoy son aspectos insignificantes comparados con tu participación en mi vida, pero recíbalos de un corazón sincero y agradecido. Mi clamor hoy es que así como bendijiste mi vida, pueda el Señor bendecirte a ti y a los tuyos. Oro para que siempre sigas cosechando de lo que sembraste en mí, y que nunca te olvides que tu labor en el Señor no es ni fue en vano.
Lo sembrado en mí ha dado fruto y tú tienes y tendrás parte en esa cosecha. Eres parte memorable de mi pasado y serás parte gloriosa de mi futuro y del tuyo, con el Señor en la eternidad.


Querida B…
Fuiste la ovejita que bendecía a la pastora. Eras como un refrigerio en medio al calor del día. Fuiste el oído dispuesto a escuchar, los ojos dispuestos a llorar, las manos dispuestas a consolar en mis momentos difíciles. En tu poco crecimiento, eras una ovejita recién nacida, amabas al Señor y querías agradarlo, y eso me alegraba y me llenaba el corazón. Fuiste de aliento, de ánimo, de estímulo en mi vida.

Tu vida me ha animado a seguir invirtiendo en el ser humano, pues si bien hay muchos que no responden, tú si respondiste y diste fruto. Pasaste por tormentas, por tempestades y has permanecido y siento que tengo parte en ello y a la vez sé, que tú tienes muchas partes más en mi propia vida.

Hoy quise retribuirte y decirte que eres parte de las siete mujeres que nuestro Dios ha permitido que estuviesen en mi camino. En mi galería de hermanas – más que hermanas – de amigas, estás tú, ocupando un lugar de honor. Mostrabas una cualidad muy apreciada por mí en aquellos días: no tenía yo que decirte nada, con sólo verme sabías lo que había en mi corazón. Siempre tuviste mucha sensibilidad y un corazón muy tierno, gracias.

La eternidad nos mostrará la realidad de las muchas cosas que ahora no entendemos en su totalidad. Allá conoceremos como fuimos conocidas y allá sabremos todo lo que afectamos al reino espiritual en aquellas incontables veces que doblábamos rodillas por alguien, tal como lo hiciste tú por mí en considerables ocasiones.

Tienes mi eterna gratitud y mi eterna amistad. Lo que empezamos aquí en esta tierra lo seguiremos en el más allá con el Señor. Gracias amiga, gracias hermana mía. Siempre estarás en mi corazón, y la eternidad nos encontrará juntas amando y adorando a nuestro Señor Jesucristo.


Querida E…
Amiga, hermana... ¿Qué no ha sido tú para mí? Fuiste la hermana que nunca tuve, fuiste la amiga que supo apreciarme, entenderme, animarme, y amarme, en las buenas y en las malas. Fuiste la que vio mi lado feo y mi lado bonito, y a pesar de eso nunca faltó tu amor hacia mí.

E…, amiga, todo lo que yo pueda escribir o decir no podrá nunca darte siquiera una pincelada de lo que significaste en mi vida. Fuiste la que no permitió que se cumpliera en mi vida el “¡ay del solo!” Pues fuiste el “uno” para levantarme cuando caía, fuiste el “uno” que me permitió resistir cuando los embates de la tempestad casi hacían naufragar mi barquita.

Fuiste la que vivió conmigo mis dolores más terribles, mis medianoches de sombra y angustias. Siempre me animaste, me consolaste, me levantaste.
Fuiste instrumento en las manos del Dios nuestro para bendecir mis noches oscuras. Creíste en mí cuando ni yo misma lo podía hacer. Cuando veía todo negro, tú siempre veías algo de luz. Gracias, gracias, gracias.

Hoy, cuando nuestro Dios me ha levantado, quiero decirte que has tenido parte en ello. Si no hubieras creído en mí, si no hubieras estado allí para que yo no estuviera tan sola, ¿qué hubiera pasado? Dios lo sabía, por eso te puso allí a mi lado. Y, aunque mi entorno siga igual, ya yo no soy la misma. Mi Dios y tu Dios, se ha glorificado y me ha hecho libre. Las cadenas que me ataban a mi aguijón se han roto y hoy soy libre. Libre para amar como ama mi Señor, libre para servirle como Él quiere, libre para ir a donde me envíe, libre para ser yo misma en Él. Y tú eres parte de esa victoria, gracias.

Mi clamor hoy es que así como bendijiste mi vida, pueda el Señor bendecirte a ti y a los tuyos. Oro para que siempre sigas cosechando de lo que sembraste en mí, y que nunca te olvides que tu labor en el Señor no es ni fue en vano, y que lo sembrado en mí ha dado fruto y tú tienes y tendrás parte en esa cosecha.
Mi amor, mi cariño y mi gratitud por ti te acompañaran por toda la eternidad


Querida A…
Podrán pasar los años, muchos años, y nunca podré olvidar los buenos y refrescantes momentos pasados a tu lado en tu acogedora casita de muñeca.
Tu atención que me hacía sentir tan especial, tan querida, tan importante para alguien. Pude experimentar en mis momentos tristes y sombríos un dulce refugio en tu casa.

En el momento preciso de la historia de mi vida, en la etapa más desesperante, más sombría, más deprimente, entraste tú como la amiga que me alentaba, la amiga que me animaba, la amiga llena de Dios que actuó como el bálsamo que mi alma necesitaba tan desesperadamente.

No tienes idea de lo que significó el ir cada jueves a que compartiéramos tan buenos momentos. Cuando el dolor era tan grande que no quería llegar a mi casa, tu amistad fue el oasis que me ayudó a sobrevivir en el desierto tan extenuante y agotador por el cual atravesaba. Viviste conmigo mis momentos negros, y me entendiste y siempre estuviste allí. Gracias, gracias, gracias.

Estás próxima a mudarte para otra ciudad, me harás falta siempre y por allá te iré a visitar. Pero hoy quise agradecerte. Eres parte del ramillete de hermosas rosas que mi Dios y tu Dios ha permitido que me acompañaran en estos doce años de desierto y de sequedad, cada una en su momento y en su lugar.

Eres parte memorable e inolvidable de mi pasado. Mi clamor hoy es que así como bendijiste mi vida, pueda el Señor bendecirte a ti y a los tuyos, sobre todo ahora que estarás lejos de Panamá. Con amor, gratitud y cariño,


Querida I…

Eres mi presente, eres el instrumento de mi Dios para bendecirme, para volver a introducirme en el ministerio que Él tiene para mí. Has creído en mí, has confiado en mí. Has conocido mi parte mala y mi parte fea, y no te has desalentado, ni me has apartado. Todo lo contrario, me extendiste la mano
y me levantaste.

Cuando llegué a ti, clamando por un pastor, un pastor que fuera mi amigo, que me ayudara, que me levantara, que me diera de comer, allí te encontré. Me envolviste en tus brazos, curaste mis heridas, me diste manjar del cielo, y me ayudaste a volver a poner mis manos en el arado.

Muchas veces le pregunté al Señor el porqué de haberme dejado tan sola; pues aún su Palabra dice “¡ay del solo!” En aquel entonces no podía o no quería ver. Estaba tan herida, tan lastimada, sangrante, que no veía nada más allá de mi propio dolor. Pero en estos últimos tiempos, cuando Él me ha levantado, me ha sanado, me ha restaurado, puedo ver la verdad: nunca estuve sola.

En cada etapa difícil, en cada momento decisivo y crucial de mi vida Él puso a mi lado mujeres de valor, mujeres bendición, mujeres que me ayudaron a llevar mi cruz; mujeres que fueron Simones de Cirene.

He sido muy bendecida pues Él ha puesto en mi camino un inigualable ramillete de siete (¿El número perfecto de Dios?) hermosas rosas, de las cuales tú eres el broche de oro que cierra el ramo de flores, y estoy agradecida.

Él ha sido bueno y muy especial en Su trato conmigo y tú has sido testigo de “el antes” y “el después” y sé que ni siquiera la eternidad será suficiente para agradecerle cabalmente lo que Él ha hecho y el papel que jugaste tú en todo ello. A ti, mujer de Dios, esforzada y valiente, gracias, muchas gracias. Mi corazón está agradecido; tienes todo mi amor y aprecio.

miércoles, 6 de abril de 2011

Carta a Jesús

Hoy amanecí triste Señor… La tristeza y la angustia de mis hermanos me consterna, Jesús. Tanto dolor en el mundo, tanto dolor en los tuyos. Corazones desgarrados, sangrantes; ellos no pueden entender porque ocurren ciertas cosas y se deprimen, se angustian, y dudan…

Cuánto quisiera aliviarles el dolor, ahuyentar la angustia que se cierne sobre ellos como un rústico manto oscuro, hacerles entender que no hay nada que nos suceda que Tú no lo puedas utilizar para bien…

Cuánto quisiera transmitirles la seguridad de que Tú velas por nosotros, que todo lo nuestro te atañe, y que nos tiene esculpidos en la palma de tus manos…

Cuánto quisiera gritar a los cuatro vientos que Tú eres real, y aunque el dolor sea intenso, de ti siempre estará fluyendo el bálsamo reconfortante que alivia al que busca tu rostro…

Cuánto quisiera darles de tu inmenso amor, ese amor que me ha sostenido, que me ha permitido sortear grandes dificultades y obstáculos…

Fortaléceme cada día, Señor; lléname de tal manera de ti, que ya no viva yo sino que vivas Tú en mi…
Que mis manos sean las tuyas, que mis pies sean los tuyos…
Consuela con mi voz, anima con mis gestos, levanta con mis brazos…

Y cuando llegue el final de los tiempos, todo mi ser seguirá proclamando a todo el universo que sólo a ti Señor, sólo a ti mi Jesús, fue, es y será siempre el reconocimiento, la gloria y la alabanza…

martes, 5 de abril de 2011

A un amigo...

Siempre he anhelado tener un amigo. Alguien que me entendiera y a quien yo entendiera también... Alguien que se alegrara con mis logros y yo con los suyos... Alguien a quien acompañaría en su dolor y que me acompañaría en el mío. Pasé por la vida y no encontré ese amigo... Por mucho tiempo pensé que algunas personas eran mis amigos, hasta que un día desperté y me di cuenta que estaba equivocado, no éramos ni nunca fuimos amigos.

Sin embargo, después de mucha búsqueda e intentos infructuosos, encontré el amigo que buscaba. No era como mis supuestos “amigos”, que cuando más los necesitaba nada podían hacer por mí. En este nuevo amigo encontré a alguien frente a quien no me era necesario disimular y hacerme ver como el “fuerte”, sino que podía ser yo mismo con todas mis necesidades, carencias y temores. Mi amigo me facilitaba el poder expresarme; tantos años enterrando mis emociones, haciendo ver a los demás y a mi mismo que todo lo podía. ¡Cuanto esfuerzo en aparentar! Y ahora, con mi nuevo amigo eso ya no es necesario. Puedo ser como soy, puedo ser quien soy. Él me acepta, me entiende y me ayuda. Por fin, experimento libertad. Todavía tengo épocas duras, no obstante, mis momentos difíciles han sido y son oportunidades para que nos conozcamos más, para acercarnos, a fin de que yo mismo me entienda y me conozca.

Hoy he encontrado a Jesús, a Cristo Jesús. Él estuvo llamándome por mucho tiempo, pero los afanes, las metas por alcanzar, las conquistas, no me permitían oírlo. Ahora lo puedo escuchar, y finalmente conozco la paz que sobrepasa todo entendimiento, la paz que el mundo no puede dar, pero que en Jesús todos podemos tenerla.

¿Te parece irreal? ¿Ilusorio? Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. Sólo tienes que abrir tu corazón e invitar a Jesús, el Hijo de Dios, a entrar a tu vida, por que Él ha dicho: “Yo estoy a tu puerta y llamo; si oyes mi voz y abres la puerta, entraré a ti, y cenaré contigo, y tú conmigo” (Apocalipsis 3: 20). Ya no estarás solo, ya no estarás mirando el suelo, sino que levantarás la cabeza, y mirarás a lo alto porque sabrás que de las alturas vendrá tu socorro, sabrás que el amigo que te guarda es fiel y verdadero, y que estará contigo hasta el fin del mundo (Salmos 121).

viernes, 1 de abril de 2011

¡A ti mujer!

A ti mujer que sufre, quien se siente morir muchas veces, cuyo corazón llora desconsoladamente, quien piensa que ya no hay esperanzas, que todo ha terminado y que nada vale la pena.

Yo, mujer como tú, quien te entiende puesto que pasé por todo lo que pasas o has pasado, puedo hablarte con el corazón en las manos. Te hablo sin reproches, sin reprimendas, sin sermones; solamente quiero decirte que no todo está perdido, hay horizontes nuevos por descubrir, hay esperanzas de cambios, hay mucha vida por delante. Tan sólo cree, tan sólo espera, tan sólo date una nueva oportunidad.

La vida tiene muchos recovecos, preguntas aparentemente sin repuestas, muchos conflictos, dolores y decepciones. Sin embargo, en nuestro Señor Jesucristo no hay dolores ni desengaños; en Él hay nueva vida. No importa lo que estés pasando, aunque no quieras hablar sobre ello, Él no te ha dejado. Te cuida, te guarda; no ha permitido que tu corazón se desbocara, ni te ha dejado sola (aunque pudieras pensar que si lo hizo), más bien anhela que vuelvas a Él. Nuestro Señor Jesucristo tiene paciencia y te aguarda con brazos abiertos, te ama entrañablemente y quiere hacer de ti la mujer conforme a Su corazón.

Él está empeñado en hacer de ti una “Mujer según Su corazón”, una mujer victoriosa, valiente, llena de vida, rebosante de Su amor. Una mujer que sea como una fuente de agua en tierras secas, como sombra deleitosa en medio del desierto; para que donde esté Él también estés tú, haciendo de esta vida una preparación para el cielo… dulcemente, suavemente.

¡Jesús quiere que estés con Él desde ahora y para siempre!