viernes, 25 de marzo de 2011

Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros…

¡Frente a la agitación económica que golpea a distintas naciones, a los cataclismos que azotan el orbe, los creyentes en Cristo Jesús se enfrentan a nuevas hecatombes heréticas! Estamos viviendo las palabras expresadas por el apóstol Juan: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros”.

Si no fuera suficiente la marejada de violencia que cubre el mundo: naciones con guerra entre hermanos; países que en el afán de defender a los más débiles causan mayor mortandad; íconos de la música –Lady Gaga–, de la pantalla chica y del cine –Charles Sheen–, son los desacertados modelos seguidos por nuestras juventudes…

Si no fuera suficiente la inmoralidad campante y avasalladora que a diario nos enfrentamos, donde a lo malo se llama bueno y a lo bueno se le llama malo; donde las peores perversiones de años pasados hoy se denominan preferencias sexuales; donde se exalta lo libidinoso y se burla de lo religioso y moral…

Si no fuera suficiente todo lo anterior, ahora se suma la escalada “teológica”. Si no bastaran las endémicas convulsiones sociales en la gran mayoría de nuestros países, se nos vienen encima disparates doctrinales, que serían risibles si no rayaran en la blasfemia y en la herejía.

Una de las herejías muertas “rediviva” es el “Teísmo Abierto” que promulga, según uno de sus postulantes, que Dios arriesga, cambia de idea, se arrepiente y hace buenas predicciones; que Dios no conoce por adelantado las acciones futuras de sus criaturas, ni tampoco las puede controlar. En otras palabras, Dios no conoce el futuro, solo el pasado y el presente; a la vez que afirma que Dios no tiene ningún control sobre los sucesos trágicos. Y aun cuando estos despropósitos suenen espeluznantes, cuentan con sus miles de adeptos.

Y además, en el Siglo XXI, contamos con otro “redivivo”: El Universalismo. Esta doctrina tuvo sus inicios con Orígenes de Alejandría (185-253 d. C.) quien proponía que al final de la historia todos los individuos serán salvos por Dios. Universalismo es pues, “la creencia de que todos serán salvos”. En el presente también se denomina “Universalismo” a la creencia de que puede haber diversos caminos de salvación en diferentes tradiciones y prácticas religiosas, es decir, “todos los caminos conducen a Dios”.

La doctrina defendida por ambos grupos es un típico ejemplo de cómo ciertas herejías que fueron condenadas por el cristianismo histórico en los primeros siglos, vuelven a resurgir en diferentes tiempos. Lo vemos en nuestros días con el libro de Rob Bell, pastor americano evangélico y detractor del criterio tradicional sobre el infierno, tal como fue enseñado por Jesucristo, como un lugar de eterno tormento para las almas condenadas. En el libro, Bell, que niega ser universalista, critica la creencia de que un grupo seleccionado de cristianos pasará la eternidad gozando de las delicias celestiales mientras que el resto del mundo será atormentado para siempre en el infierno.

Algunos dirán que estas aberraciones siempre han existido, y es cierto, pero cada cierto tiempo las desempolvan y terminan ganando adeptos entre ingenuos y tergiversadores de las Escrituras. El llamado para nosotros, los creyentes de los tiempos finales, es que estemos apercibidos y no nos dejemos mover de la roca en la cual estamos plantados, Cristo el Señor; el único “mediador entre Dios y los hombres”; el único que es “camino, verdad y vida”; el único “nombre dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Que ningún pastor, apóstol, escritor, predicador, teólogo, científico nos haga dudar de que un día Dios juzgará a los vivos y a los muertos quienes recibirán la recompensa de lo que hicieron en vida, y que solo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida habitarán para siempre con Dios. Dios es amor, Dios es misericordia, pero también es Dios justo y Dios de juicio.

Y finalmente la Biblia tuvo razón, en el ayer y en el hoy, al decir que “salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” – 1 Juan 2: 19.

1 comentario:

  1. Felicidades por el artículo, muy atinado realmente describe a cabalidad lo que estamos viviendo los cristianos en este tiempo que bien podría decirse estamos presenciando los últimos tiempos de los que habla la Biblia y más específicamente los tiempos de los que habló el Señor Jesús para advertirnos que todo esto pasaría, y su consejo fue "erguíos y levantad vuestra cabeza porque vuestra redención está cerca".

    La iglesia de este siglo XXI debe afirmarse en la Palabra de Dios, en la oración, en el ayuno y en la fe, porque las cosas que se está viviendo en este mundo son terribles y la fe de muchos se está enfriando, no permitamos que nuestra fe se enfrié, esto es sumamente peligroso. Perseveremos en Cristo Jesús y en la Palabra de Dios. No nos rindamos veamos lo que veamos.

    Dios le bendiga,

    Lynn

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