Desempleados con diplomas universitarios se anotan para trabajar como barrenderos de calles, con un salario de $273.48 por mes . Mientras tanto, los asesinos encarcelados reciben del gobierno una “ayuda por reclusión” de $ 423.15 mensuales.
El periódico de izquierda Folha de São Paulo, anunció que la apertura de 1400 plazas para barrenderos en la ciudad de Río de Janeiro atrajo 45 candidatos con doctorados, 22 maestros, 1026 personas con títulos universitarios. De los 109,193 aspirantes, más de 5,000 estudiaron en universidades.
No obstante, el periódico aclaró: "Los años de estudio no les dará ventaja en la decisión final. La selección se realiza por medio de pruebas físicas, tales como barra gimnástica, abdominales y carrera".
El trabajo de barrendero ya no es fácil ni para los pobres. Sin embargo, la situación económica está tan difícil, que incluso los que estudiaron en universidades para lograr una mejor posición en el mercado laboral no ven nada en el horizonte, excepto un trabajo como barrendero con un sueldo de $ 273.48 mensuales.
Lo difícil no es sólo encontrar un empleo con exigua remuneración. Lo peor es ver como el sudado y sufrido salario acaba en manos de un gobierno piraña. Se estima que la carga de los impuestos sea casi el 40% de los ingresos del brasilero. Este hecho destaca que casi la mitad del salario anual del trabajador está siendo arrebatado por el estado.
De esa manera, el brasilero, con familia para mantener, debe entregar sus impuestos a la explotación tributaria. Aun ostentando un título universitario, eso no le garantiza mejor trabajo que el de un barrendero. A pesar de que nació en Brasil, país supuestamente democrático e independiente, esto no lo exime de la esclavitud tributaria.
Esta dura realidad de los trabajadores contrasta con los privilegios que el gobierno da a los delincuentes que no trabajan. Desde que asumió el cargo en 2003, el gobierno de Lula ha estado dando “ayuda por reclusión", por el valor de $ 423.15 mensuales para los dependientes de los asesinos, violadores, etc.
Veamos ahora la diferencia entre: presidiarios y desempleados (aspirantes a barrenderos). Incluso con un doctorado, se puede acabar teniendo que elegir un trabajo como barrendero, percibiendo sólo $273.48 mensual para mantener la familia. Pero si usted mata a alguien y es detenido, su familia tendrá derecho a $ 423.15 por mes. Es decir, el preso tendrá excelente comida gratis sin tener que trabajar, y sus dependientes ganarán mucho más. Los 109,193 aspirantes a barrenderos, si llegaran a conocer estas verdades, podrían acabar siendo muy tentados por la "inocente oferta " del Gobierno.
Y mientras las familias de las víctimas sufren privaciones extremas, los que reciben ayuda estatal son las familias de los delincuentes. Esto es esencialmente el sistema socialista de la redistribución de las riquezas, donde el gobierno le roba a los trabajadores a través de los excesivos impuestos, y provee una pequeña cantidad para sus aberrantes políticas insanas. Lo restante se usará para alimentar la obesidad inmoral de políticos corruptos.
Hace dos siglos, Tiradentes, uno de los próceres independentistas de Brasil, estaba indignado porque el gobierno portugués cobraba el 20% de impuesto a su colonia, Brasil. Tiradentes decía que esto era un robo y una de las razones por la que luchaba por la independencia del país. Hoy en día, con un agujero en las finanzas y el robo del 40%, nadie quiere hablar de la independencia de Brasil, y muchos prefieren aguantarse los peores puestos de trabajo y sostener las sinvergüenzuras de los ladrones estatales, mientras los delincuentes en el Congreso Nacional y en las cárceles viven muy bien a expensas de los trabajadores y desempleados que han perdido el deseo de luchar. Estos esclavos, que mal pueden mantener sus familias, están orgullosos de ser brasileros. Pero dudo mucho, que viendo el país tal y como está en el presente Tiradentes hubiera podido sentir algún orgullo. Después de dos siglos, los brasileros siguen sin independencia, víctimas perennes de los elevados y criminales gravámenes estatales.
Después de todo, el hijo de Dios se siente orgulloso de ser ciudadano del Reino de Dios. Allí no hay impuestos del 20 o 40% que roban nuestro sudor. No existe la esclavitud. No hay redistribución de la renta, sólo la necesidad de ayudar a los desprovistos, y eso por nuestra propia elección y decisión. Y cuando el Rey Jesús quiere ayudar, Él tiene sus propios recursos. El Rey Jesús no nos despoja para dárselo a otros, sino que siempre nos da la opción de usar nuestros recursos para ayudar a los demás. Muy diferente de los reyes de este mundo que quitan nuestros albedrío, libertad y recursos, con las más tramposas excusas.
Observando los beneficios de la vida criminal, ¿quién sería el delincuente desquiciado que intercambiaría los fáciles $ 423.15 por los sudados $273.48, el salario de un barrendero? ¿Cómo disminuirá el promedio de los 50 mil brasileros asesinados por año, cuándo el gobierno de Lula ofrece tantos incentivos?
Para el barrendero debe ser muy desalentador ver asesinos, que sin trabajar, reciben el doble de lo que él recibe por un trabajo tan sudado. Y por encima, el 40% de sus ingresos pagará la elevada cuenta de la "ayuda por prisión”. Súmele a eso, la fuerte ayuda económica del gobierno federal para los desfiles gay y programas pro aborto, y seremos testigos de que el desánimo del barrendero se convertirá en depresión, con alto riesgo de suicidio — a menos que haga lo que hizo Tiradentes.
El ladrón estatal portugués del ayer es hoy el estado brasilero; ladrón que roba por partida doble. Si Tiradentes viviera en nuestra época, ¿renunciaría a su libertad para ser un esclavo y un felpudo del gobierno brasilero?
Levantarnos y movilizarnos contra la explotación por medio de los impuestos en Brasil es, como estaría totalmente de acuerdo Tiradentes, una obligación moral de todos los brasileños.
Por Julio Severo
domingo, 8 de noviembre de 2009
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