“Nos es necesario hacer las obras del que nos envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar” - Juan 9: 4.
“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin” – Mateo 24: 6.
Ciertamente estamos viviendo días peligrosos, días en que los creyentes serán puestos a prueba. El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan, dijo Jesús.
El mundo, Satanás y la carne (nuestro propio “yo”) conspiran para impedirnos cumplir la comisión que nos ha sido asignada. Hoy más que nunca, debemos diariamente levantar nuestros ojos a lo alto y pedir a nuestro Señor que nos fortalezca, que nos haga ver la verdadera razón –hacer la obra de Dios mientras es de día– por la cual fuimos salvos.
Planifiquemos como si el Señor tardara cien años para regresar por su pueblo, pero vivamos como si viniera hoy.
Dios y Señor, haznos hombres y mujeres entendidos de los tiempos que vivimos; que no durmamos como los demás, sino que velemos y seamos sobrios (1 Tesalonicenses 5:6).
sábado, 29 de agosto de 2009
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